No había mucho en mi lista de planes. La silla se antojaba cómoda en ese día precioso. Poco a poco fue haciendo de su hogar un rincón apetecible.
Terminaría charlando con esos vecinos tan estirados, era sociable aunque no soportaba esa clase de personas.
Llevaban a sus doncellas uniformadas, pero a ellos les faltaba clase. Aparentaban ser nuevos ricos que no habían digerido su suerte.
El sondo de una voz atrompetada, la hizo fuerte en su idea de sentarse a descansar y disfrutar del jardín.
Alicia Dos
Qué pena con los estirados, son insoportables.
ResponderEliminarGracias por seguirme,
un abrazo.
Alicia, es precioso...
ResponderEliminarHola! te importaría pasarte por mi blog? http://lobuenosehaceimposible.blogspot.com.es/
ResponderEliminarHola Alicia, Alicia.. A través de tu mundo acristalado, se ve la gente guapa y los estirados, pero se respira el aire romántico de las flores de tu jardín, nada mejor que sentarse en tan bella silla a ver pasar el tiempo..
ResponderEliminarUn abrazo..